Un domingo te conocí
Far away Estaba el cielo nublado, las calles interminablemente solas y yo te esperaba en mi bicicleta. A lo lejos llegabas tu pedaleando, parecía que acabaras de llegar de otra dimensión, llena de colores, sonidos e ilusiones ópticas jamás vistas. Nos dirigíamos hacia el centro de Bogotá, tratando de lidiar con la monotonía del aburrimiento del domingo que nos trataba de absorber. Algunas veces mientras voy pedaleando me gusta dejarme llevar, no pensar en nada, elevarme y dejar el plano terrenal, sintiendo que cada pedalazo se comienza a sentir como pasos ascendiendo una escalera que me lleva a lo más alto posible. No, no me lleva a Dios. Va más allá, atravesando el universo, millones de kilómetros, alejado de este planeta Tierra. Un lugar donde pensar. Un lugar donde reflexionar. Una luna que no esté tan gastada como la nuestra, a causa de los poetas que la han desgastado con sus poemas. Quiero llegar a la luna Titán de Saturno. Donde no exista el mismo oxigeno que t...